Ludovico de Luigi

Yo, yo vivo aterrado pensando en el día que me comprendan porque esto querrá decir que soy como ellos. Y será el fin de mi vida, porque toda la vida he querido que no me entiendan...(Ludovico da Luigi)



jueves, 1 de agosto de 2013

Mi mejor excusa...


(Gracias Mario...por regalarme una frase donde enganchar mi musa...)

Inspiro...inspiro...y un dulce mareo a ciegas,
me invita en el despertar de un nuevo sol rojo
de una joven mañana desierta.

Respirar el instante irrepetible...

Buscaré en mi ombligo la brújula de mis sonrisas perdidas,
epicentro de la vida que hay que vivir,
no podemos caer en el recuerdo del olvido.

Crear la esfera de un nuevo mundo,
hacerle un sitio al yo...
acomodar cerca el tú...
alimentar el nosotros...y hacerla rodar.

Serás...
Mi mejor excusa.
La sal que cicatrice las heridas yermas.
La piel que roce mis aflicciones.
La boca en la que bucen mis silencios.
La locura acechante de mi estado cuerdo.

Serás...
La voz atrapada en los acantilados de mi garganta.
La prisa culpable de la velocidad en mis venas.
Las neuronas enmarañadas en un recorrido incierto.
La distancia desproporcionada entre cuerpos desconocidos.
Una nueva medida de besos.

Seremos...
La alineación entre la verticalidad de las miradas.
El perfil aplastante de nuestros cuerpos.
La certeza del llavero del que pende la dicha hecha futuro.
Un futuro más que despierto...

sábado, 21 de abril de 2012

El trasero de un sueño


El ineludible motivo por el que alzar vuelo,
linda sonrisa que divisaste entre cientos de ellas,
la alianza que se tejió entre su boca y tu oído
y el botón de cancelación en cada momento.

Hormigas se retuercen en cada milímetro de mis vértices,
el disfraz me acompañó  aun cuando perdí el antifaz.
Nos deslizamos, enredados, camino abajo,
incómoda postura pasando a la posterioridad…

Llegó la invitación de abandonar el escondite,
rezos penitenciarios con una biblia de motivos entre manos,
el castigo de la flaqueza no se vuelve contra ti,
un faro de trazos alerta camino perdido.

Una canción suena entre un contigo y un conmigo,
un encantamiento sin perdices,
una poesía que ganó al ritmo de la pereza,
escribe la historia con fin que no tiene vez.

La propina de brindar una noche tras otra,
la promesa de una eterna obediencia
con el veto de una boca empeñada en el nunca,
mientras empaquetas un invierno ancestral.

Un grito se ahoga nocturno en un coche,
brillo ensordecedor que recuerda, un camino
un país, una noche, un rincón, un momento
y un espejo dispara el flash del blanco que cazar.

El abrigo del insomnio arropando,
los pecados prohibidos de un viaje sin fin,
de un camino de paradas, memorable,
y la ternura de las manos que te acogieron.

La soledad de las noches que disfrutaron ellas,
las frases que no se dijeron, que no se escribieron,
los instantes que no se filmaron, la larga espera…
y un reloj que se paró en el alejamiento furtivo.

Ahora mis segundos juegan con tu dirección,
mis dedos se funden en letras, buscándote entre ellas…
un susurro de aire se acomoda en el pliegue de tu silencio.
Vuelve…

sábado, 7 de abril de 2012

Cronológica


Fundida, entre rocas erosionadas en mi piel, difusa entre el sol tragado por el mar...imaginé como la naturaleza se aliaba y se disolvía conmigo, haciéndonos uno, fuerte y poderoso.

Quizás fue en ése momento en el que me entregué al eterno devenir, en el que hice que unos ojos curiosos y divertidos penetraran en un mundo sin fin. Cuando creí que mi invierno se había facturado, en realidad lo que estaba era fracturado, partido en dos. Lo que quería y lo que tenía. Lo que se alejaba y lo que se acercaba. Lo que volaba y lo que soñaba. Lo que se construyó y lo que se derribo...

Y sin más, el tiempo lleva y trae la monotonía, que remolca las palabras con rastrillos segunderos, marcadores de la felicidad y de la desdicha.

El tiempo juega con mis latidos y los acelera o los paraliza a su antojo. Hace, deshace, esparce y desordena, y a veces se me escapa entre los dedos, como si fuera líquido. Me empapa, se me pega al cuerpo, para correr por él y tras él, sin dejarlo escapar.

El sentido de las palabras se va perdiendo, para luego coger carrerilla y envalentonarse. Se atreve a hacerme frente, bravo y sereno, manso y resuelto. Haciendo escollos de mis resortes, trinchera de mi devastación.

Y cuando me alojo entre las cuatro paredes desnudas, en la oscuridad, ahí está perfecto, en su rincón penumbroso, estático, caótico...distante, cóncavo...se acerca a mi mejilla, me la acaricia, y se acomoda en mi almohada.

Él, al acecho. Yo, escondiéndome entre cortinas raídas. Y siempre me localiza.

Me suspendo en el aire. Me asfixio. Me aprisiono. Me rodeo.

Y la malévola Caja de Pandora, se abre de golpe, y un cúmulo de imágenes empieza a ametrallarme, carentes de cualquier clemencia, dispuestas a buscar cada resonancia de mi cuerpo para hacer eco, empujando a mi subconsciente.

Silencio. Caída libre. Unos ojos secos. Unas manos temblorosas. Y un grito, desgarrado, saliendo de las tripas, que me rompe y hace mil añicos mi terror nocturno.

Abro los ojos y veo como una ola se abalanza  ante mí, me atrapa para llevarme al ocaso de nuevo, al sol que luego se tragará sin masticar, del que yo me nutro. Por el que vivo. Y de nuevo, una sonrisa vuelve a nacer de mi ombligo, mientras unos pies descalzos, se alejan de mí, sin mirar hacia atrás.

Eso nunca...


miércoles, 21 de marzo de 2012

Glorioso

Dientes arrastran las palabras de la condescendencia,

manos yermas buscan dónde hallar cobijo.


Nos deslizamos entre el barro de los valientes,

jugadores de todo por segundos de inspiración.


Plantéatelo, mírame, arriésgate y dime no.


Encadenaré sílabas y sonidos, hasta adornar

el blanco de la mirada que me dispara,

desconvocado el momento,

el instante de la distancia.


Algo hierve entre las ruinas de mis besos,

y se vacían los huecos de mis caricias.

Mi boca echa a patadas tus negativas,

se plantea, te mira, se arriesga y te dice no.


Se tornarán los dedos plásticos,

entre los rosas y violetas de mi baranda,

arrodillaré la espalda contraída,

alimento de mi barbarie.


El arte de endurecer las normas,

de colocarlas dónde les corresponde,

de restregar la rendición de los bravos,

de comerse las ganas provocadas.


Nos planteamos...

Nos miramos...

Nos arriesgamos...


Y voltereta de espaldas para volver a empezar...

miércoles, 15 de febrero de 2012

Encanto...

Factura mi invierno, aleja mi monotonía,
cúbreme con el manto ardiente de tu cielo
y báñame en tu aroma añil.

Nubes se prenden de mi pelo,
arena que se funde entre mis pies.
Hoy es la imaginación quien apuesta
y la música de playa quien gana mi partida.

Peter Pan se engarza a mi cuerpo
y Alicia hace maravillas en mi país,
dame un susurro más,
me convencerás que bastan cinco minutos.
Contigo. Para ser feliz.

Mis dedos se arremolinan jugando entre tus palabras,
sacudiendo las caracolas que se acomodan en tu pecho,
jugando con los angulos formados por las sombras
de las vidas anónimas que visitan tus zarpazos.

Canela la piel, feroces las manos,
arrastradas por mis olas inmóviles,
por el aire abrasador de tu retirada,
por lo inesperada que nunca fue...
por el sentimiento de embargo...que siempre dejó...

Flechas naranjas centelleando ante el cuerpo rey,
celestial la comisura que persigo,
aspiro, voraz, el hambre,
desorden en mi epicentro que se esparce ante ti.

Bandadas de pájaros atados a mis venas,
viajando lejos, robándome mi mes de abril.

Sálvame de mis sueños líquidos.

Condéname bajo una lluvia torrencial...

Y empápame.

martes, 15 de noviembre de 2011

Estallando la razón




¿Y si te enredas en mi pecho, hasta no saber como desenroscarte?

Inequívoca línea bifurca...Te avisé. Había poco que ofrecer,
mientras cruzabas el umbral de mi mundo paralelo.

No me acuses de traidora.

¿Y si se pone en verde el semáforo del cruce a calle Olvido?

Esa noche interminable amenazante te advirtió.

Sin embargo, un mensaje esperaba mi mañana sobre tu piel tibia

y unas sábanas arrugadas por ti. No marches ahora.

¿Y si mi vida se va por dónde no quiero?

Arriesgué pensándote, por lejos que estuvieras,

dando ruido, dónde sólo había sitio para el silencio.

¿Y si te cansas de beberme los vientos?

Cambió el verbo. Ya no te conformas con ser sentido.

Ahora con ahínco quieres clavarte.

¿Y si dejo de sentir tus mareas en mi espalda?

Problema...que me dieras fuego mientras me apagaba,

calmando mi maldita sed.

¿Qué haré si dejas de morder mi manzana?

Robaré canciones a desconocidos,

buscándote dormido en sus torcidos renglones.

Incitaré el pecado laberíntico e insaciable.

Lucharé contra la ciénaga de tu hastío.

Desbocaré tus amaneceres apaciguados.

Zurciré heridas y tenderé penas al sol.


No mentí cuando te confesé que nunca me canso

de buscar recursos para seguir andando sin pilas...




lunes, 7 de noviembre de 2011

Recorrido



Me da miedo que te vayas, sin conocerte,
Que apagues este fuego, sin dar tiempo a que llueva.

No quiero buscarte entre los escombros de recuerdos,
Sin apenas haber pronunciado tu nombre.

La claridad se llena de ceniza y etílicas palabras,
Me das guerras oscuras que perderé…

Cada día miento peor,
Y las certezas se me enredan más a menudo.

Recorreré aceras, que alimenten esta curiosidad,
Y anulen las ganas de matar palabras.

Palabras que oigo sin querer,
Y duelen antes de ser inventadas.

Y me da miedo, que te pierdas,
Y me da miedo que vuelvas.

Dime que te quedas,
Que mi guarida no deja de mirarte.

Pasa. Acomódate. Despréndete…
Estás en tu casa…